III: Detective Porter #3: La sexta trampa
« […] estás demasiado cerca para verlo.»
« —Yo no abandono a mis amigos.
—No, pero a veces son ellos los que te abandonan a ti.»
«Se supone que tu cuerpo es un templo, y tú tratas el tuyo como el dueño de un tugurio que espera cobrar el seguro después del incendio.»
« —Santo cielo, qué inocente eres.»
«Dele un objetivo a esta gente para que no se queden ahí plantados, y creo que se encontrarán con que se vuelven más dóciles.»
« […] como si una parte de mí se encontrara (ya) dentro de ese granero y no me quedase más elección que ir a recuperarla.»
« —Olvídate de los ojos, la vista es una amante traicionera; no aprenderás a ver de verdad hasta que confíes por igual en los demás sentidos.»
«Ahora me tocaba a mí ofrecerle una sonrisa descaradamente insincera.»
«Las emociones me dominaban la lengua y me puenteaban el cerebro, y sabía que eso no terminaría bien.»
« […] cuando alguien decía la verdad, lo hacía de inmediato, sin necesidad de la intervención del pensamiento consciente. Cuando alguien mentía accedía a la región creativa de su cerebro para construir la mentira, y aunque apenas le llevara unos milisegundos, solía exteriorizarse con ciertas señales: cualquier cosa, desde dejar la mirada perdida hacia un lado hasta movimientos o gestos con las manos.»
«Con los conocimientos apropiados, ningún detector de mentiras era infalible.»
« […] sí alzó la mirada, pero no hacia arriba a la derecha —que indicaría una mentira—, ni tampoco hacia la izquierda, que indicaría sinceridad.»
«Hace ya varios años me dijo que la belleza tenía la costumbre de vaciar de sangre el cerebro, y que la razón se iba con ella.»
«La belleza ha dado pie a muchas guerras, pero aún está por ponerle fin a alguna. La belleza tiene un sabor que no se parece a ningún otro. Es el más dulce de los venenos, y lo ansiarás más incluso mientras te arrebata la vida de las entrañas.»
«Se convirtió en mi último pensamiento cuando me quedaba dormido y en el primero al despertar.»
«Supongo que todo es normal cuando no conoces otra cosa.»
«Si padre estuviese aquí, me diría que lo resolviera. Siempre decía que todo problema tiene como mínimo tres soluciones posibles y, aunque tú creas conocer la solución perfecta, debes dedicar tiempo a definir las otras dos de forma que puedas sopesarlas todas, las unas frente a las otras.»
«Había veces en que lo fácil o lo obvio no eran lo mejor, y otras veces en que lo mejor no era obvio ni fácil.»
«En una maniobra a medio camino entre el derrape y los bandazos, Nash metió su Chevy Nova en una plaza de aparcamiento.»
«Algunos lo llamaban perspicacia, otros intuición. Porter le dijo una vez que confiase en aquella voz, que el subconsciente tiene una forma de reconstruir las cosas que es un poco más rápida que la de la mente consciente […] »
«Una afirmación en forma de pregunta. Chúpate esa, capullo.»
«Crecí jugando al ajedrez, en ambos lados, con las blancas y con las negras. No porque no tuviese con quien jugar, sino porque padre quería que aprendiera a anticiparme a la siguiente jugada del adversario. Cuando juegas tú solo al ajedrez, te ves obligado a hacer que tu oponente por unos segundos, a pensar bien todos los posibles movimientos que tiene ante sí, toda posible acción, y después vuelves a tu lado del tablero sabiendo todo eso; en consecuencia, te ves obligado a reconsiderar tu jugada de respuesta a partir del pleno conocimiento de lo que tu oponente pueda hacer a continuación.»
«Siempre decía que un problema tenía múltiples soluciones y que, por muy lejanas e inalcanzables que parecieran, solo te separaba de ellas una idea que te viniera a la cabeza.»
«Se sentía presente, pero no. Como si un hombre pudiera abandonar su propio cuerpo y observarse […]. Era un observador, alguien que pasaba por ahí mientras la película de su vida continuaba avanzando.»
« […] porque su cuerpo se había convertido en un traidor; ya no era suyo, sino un objeto independiente con sus propios pensamientos y actos.»
«Cúbrelo con una sábana y olvídalo, le susurró su mente. Hay cosas que es mejor olvidar.»
« […] pero no podía darme la vuelta. Sabía que, si lo hacía, no tendría fuerza de voluntad para marcharme, y aquello era algo que tenía que hacer.»
«Qué curioso, cómo surgen las mentiras más insignificantes.»
Sam Porter, hasta ahora el detective al cargo del caso, ha sido apartado de él y es cada vez más sospechoso, el mayor hospital de la ciudad está cerrado por cuarentena por riesgo de contagio del virus SARS y entre los enfermos se encuentran los policías Clair y Klozowski, además de Upchurch, el cómplice del Cuarto Mono, que se debate entre la vida y la muerte. Su supervivencia es determinante para que el Cuarto Mono decida no liberar el virus al resto del país.
Cuando empiezan a aparecer cuerpos en distintos puntos de la geografía con el mismo patrón la policía lo tiene claro: el Cuarto Mono sigue actuando, y esta vez es imposible que lo haga solo. Empieza así una carrera contrarreloj para detener a uno de los asesinos más fascinantes e inteligentes jamás conocidos que ha conseguido aterrorizar a todo un país.
“El libro arranca justo donde termina la anterior entrega”.
Esta trilogía es tal porque el autor no quiso hacer un libro gigante de 1.500 páginas, pero en realidad es la misma historia, el mismo libro pero separado en 3.
Es impresionantemente enrevesado y adictivo, ya que no dejas de hacer teorías en tu cabeza, teorías que al final no se sostienen porque es una historia llena de giros y mentiras encubiertas.
Y es que el asesino no deja de darte información falsa o medias verdades para hacer dudar a todos de todos; y los que creías que eran buenos, ahora son malos, y viceversa.
Por si no se nota, ¡me ha entusiasmado! Estos son los libros que me gustan, que me hagan teorizar, que me engañen y me sorprendan tantas veces y aun así no vea venir el final por ningún
sitio.
Leyendo estos libros te sientes como si estuvieses interrogando a un sospechoso y tuvieses que adivinar si lo que dice tiene algo de verdad o si las pruebas son realmente pruebas.
Muy recomendado para aquellos a los que les guste pensar e intentar resolver casos policíacos.