EL INSTITUTO, Stephen King

«Los grandes acontecimientos basculan sobre bisagras pequeñas
«Se le ocurrió que, puestos a estar entre la espada y la pared, al menos desde el punto psicológico tal vez fuera preferible acercarse a la pared.»
«Cuando uno vueltas y más vueltas daba, a ninguna conclusión llegaba.»
«No sé si a eso se le llama falsa modestia o baja autoestima, pero [...]»
«En la oscuridad, todas las sombras desaparecen.»
«Siggers era como aquel bufón nazi desconocido que consideró una brillante idea poner Arbeit macht frei, "El trabajo os hace libres", sobre la entrada de Auschwitz.»
«Tenía sólo doce años y comprendía que su experiencia en el mundo era limitada, pero de una cosa estaba muy seguro: cuando alguien decía "créeme", lo normal era que mintiese descaradamente.»
«¿Por qué, pues, se queda ahí sentado compadeciéndose? ¿Qué otra cosa puede hacer? Luke decidió plantearse eso como una verdadera pregunta, y no como una expresión de desesperación. Huir probablemente era imposible, pero ¿y aprender?»
«Finalmente se le agotaron las lágrimas, y empezó a sentir algo aparte de dolor y pérdida, algo más duro. Una especie de lecho de roca por debajo de todo lo demás, antes desconocido para él. Era un alivio saber que estaba ahí.»
«Con la fuerza de una revelación, lo asaltó la idea de que uno tenía que haber estado encarcelado para comprender plenamente qué era la libertad.»
«Luke supuso que uno podía acostumbrarse a cualquier cosa. Era una idea espantosa.»
«Los rumores eran desinformación autogenerada.»
«Pensó en la entropía. La tendencia a relajarse cuando las cosas iban bien. A caer en presuposiciones.»
«Era muy sencillo, pero constituía una revelación: lo que uno hacía en su propio interés era lo que le proporcionaba el poder.»
«Un deseo más que una realidad.»
«A veces un abrazo era telepatía.»



En mitad de la noche raptan a Luke Ellis, de 12 años, después de haber asesinado a sus padres. Luke se despertará en El Instituto. Allí conocerá a otros niños con capacidades especiales, como telequinesis y telepatía: Kalisha, Nick, George, Iris y Avery Dixon.

Todos ellos están alojados en la Mitad Delantera. Otros, en la Mitad Trasera.

Como dice Kalisha: «Allí entras pero no sales.

La señora Sigsby y el resto del personal de esta siniestra institución se aprovechan sin compasión del talento de todos ellos. Luke se obsesiona con salir de allí y pedir ayuda. Pero nadie ha escapado nunca de El Instituto.




Genial.
Al puro estilo Stranger Things, King convierte a unos simples niños en heroes, mártires y traidores.

El libro está separado en dos historias que acabarán mezclándose al final (no es spoiler, no revelo nada que no sea lógico): la de Luke, de 12 años que es capturado y llevado al Instituto; y la de Tim, un expolicía que vaga por la Costa Este sin rumbo ni prisa por marcharse.

Es diferente a otros libros de King, creo que podría gustarle a todo el mundo. Incluso podría ser perfecto para empezar a leer al autor, 600 páginas adictivas para conocer su narrativa y luego coger confianza y lanzarse a por sus 1.500... 😜

King tiene un don, y todos lo sabemos.