«Yo no soy en absoluto pequeña. Pero tampoco es que sea gorda. En realidad culpo a mis antepasadas amazonas mitológicas por mi enorme figura y mis huesos grandes, por ser tan poderosa. Así me gusta verlo: poderosa. Y así me lo imagino cuando compro por Internet, porque obtengo muchos más jerséis o faldas a cambio de mi dinero, mucho más tejido que aquellas que compran tallas pequeñas. Y todo por el mismo precio. Salgo ganando.»
«No hay prisa por hacer las cosas. La gente camina más despacio, come más despacio, habla más despacio. La vida se convierte en una gran pérdida de tiempo hasta que llega la primavera y de pronto todo el mundo tiene prisa.»
Quinn vive con su compañera de piso Esther en un acogedor apartamento de Chicago mientras trabaja de becaria en un bufete de abogados.
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Alex es un lavaplatos de una cafetería de Míchigan, con un padre borracho y un futuro todavía incierto.
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Esther es una preciosa chica, alegre, querida por todos: buena compañera de piso, buena vecina, una buena trabajadora, una buena ciudadana y, bueno, lo que se dice una buena persona. Pero un día, desaparece sin dejar rastro.
Quinn se levanta y no la encuentra por ningún lado, le quita importancia pero van pasando los días sin saber nada. Empieza a curiosear por su habitación y empieza a descubrir cosas cada vez más extrañas: lentillas de color, una nota dirigida a un tal "Cariño", un certificado de cambio de nombre, una trituradora de documentos... Cada vez todo tiene menos sentido y Quinn empieza a pensar que quizá no conocía a Esther como ella creía.
Al mismo tiempo, en el pueblo de Alex aparece una hermosa chica que parece no tener hogar y que es más que intrigante y misteriosa.
DATO: tiene capítulos alternados de uno y otro personaje (en este caso Quinn y Alex).
He de decir que la primera mitad del libro se me hizo algo pesada, porque no dejan de salir a la luz incógnitas que a mitad del libro aún no se han resuelto.
Dejando eso atrás, se lee fácil, los capítulos son cortos y el argumento no es aburrido, simplemente uno esperaría que los pequeños misterios empezasen un poco antes a cobrar sentido.
Dejando eso atrás, se lee fácil, los capítulos son cortos y el argumento no es aburrido, simplemente uno esperaría que los pequeños misterios empezasen un poco antes a cobrar sentido.
Como opinión final, para mí es un libro más, quiero decir —y sin ánimo de ofender— que no me ha aportado nada más allá de ocupar mis ojos en algo.