«Al parecer, la mayoría de los vestidos de noche los diseñaban niñas de cinco años armadas con pistolas de purpurina[...]»
«Se saludaron con esa especie de medio abrazo que se dan los hombres cuando son demasiado metrosexuales para un simple apretón de manos pero no lo bastante modernos para entrechocar los puños.»
Laura, una periodista de Londres, es enviada a un crucero inaugural de lujo para cubrir la noticia junto con otros periodistas y personas de interés.
De todas formas, todo empeora cuando cree oír cómo la mujer del camarote contiguo es arrojada al mar. Laura se pone en contacto con seguridad e intenta descubrir qué es lo que ha pasado, pero todos la dicen lo mismo: en el camarote 10 no había nadie.
A partir de entonces, intentará por todos los medios demostrar que no está loca, pero incluso las pocas pruebas van desapareciendo de sus manos.
No me costó mucho engancharme al principio, no me pareció aburrido ni mucho menos, desde el principio tiene ese aire misterioso que te hace querer leer más.
La verdad, es un buen libro para los amantes de la intriga. Va aumentando y a partir de la mitad del libro, no podía parar de leer.
NOTA: no tiene nada de sobrenatural, pese a lo que pueda insinuar la sinopsis.