El Mandala 37, Marc Laidlaw

*nitidez embriagadora* 

«Debajo de tu apariencia satánica eres la personificación de un bollito.»

«Le gustaba aquella ligera claustrofobia que experimentaba cuando reducía  sus alrededores a una pequeña celda.» 

*mesmerismo*

«Derek sintió la punzada de dolor que siempre sentía cuando se acercaba  demasiado a la realidad, […] » 

«Aunque no se drogara, una persona maniaca siempre tenía un lado depresivo  y resentido.»

«Los cambios de verdad no eran tan volubles.»

«Pero, en lugar de eso, había conseguido la misma mierda de siempre, pero en mayor cantidad.» 

«Ahora que no servía de nada hacerlo, se arrepentía de todo.»

«No es algo sencillo de ver, ya que se trata de algo que no somos capaces de comprender y no estamos listos para contemplar.» 

«No se le daba bien tener tiempo libre, ya que corría el riesgo de pensar, recordar o exhumar cosas de las que era mejor olvidarse.» 

«Había pensado que quizás hubiese alguna manera de alcanzar el origen de sus problemas y librarse de ellos. Como si hubiese alguna manera de  

escapar de sus depresiones y de su adicción, no a cualquier droga, sino al olvido mismo.» 

«Qué fácil era planearlo todo en términos religiosos, de blanco o negro.»

«La vida carecía de simetría, no era tan sencilla como para reducirla al bien y al mal.» 

«Probemos con la ciencia y veamos qué conseguimos.»

«Era como si ahora caminase por detrás de los decorados y fuese inmune a las ilusiones.» 

«Ni siquiera sabes qué preguntas hacer, y por eso aceptas todas las explicaciones normales de la realidad. 

«No podía dejar de teorizar, la intensidad de su capacidad intelectual le protegía de sufrir una respuesta sencilla y emocional. 

« […] se dio cuenta de todos los obstáculos que lo acechaban y se abrían a su alrededor como socavones de lo que parecía la sólida superficie de su vida. 

«Estaba seguro en su trabajo y desconfiaba del mundo exterior. »

«Se había sentido como el Ahorcado del tarot: suspendido por un pie pero con las manos libres para escribir y, aun así, incapaz de hacerlo.» 

«Podemos hacer más cosas con nuestras vidas que limitarnos a agitar las cadenas.» 

«Tenía que aparentar que ya lo sabía, o de lo contrario no aprendería nada.» 

«Se había olvidado de aquella parte, de cómo el mundo puede venirse abajo si lo miraba desde un ángulo concreto.» 

«Era el tipo de persona capaz de ser un loco de manera profesional y lucrarse con ello.» 

«Era hora de despojarse de esa culpa. De dejar a un lado sus pecados y superarlo. Se estaba torturando, y eso no le iba a servir para nada.» 

«No le hacía mucha gracia darse cuenta de que había creado para sí mismo un mundo que se basaba del todo en el masoquismo.» 

«Era sencillo amedrentar a esa temblorosa y desafortunada parte de sí mismo con todas las fustas y las amenazas que su mente racional había llegado a dominar. »

«Siempre se había preguntado cómo los humanos eran capaces de aguantar esas grandes proezas de resistencia, ahora lo sabía. Tan solo se necesitaba estar desesperado. » 

«Hoy en día todo era subliminal.»

«Cerró los ojos con fuerza, contuvo la respiración y aguardó a que pasara aquel momento. » 

«Pero, una vez confesara, no habría manera de contener ni de controlar la verdad. » 

« — Es demasiado tarde para esto. Para nosotros. Quizá consigas recuperarte y encontrar a otra persona. Eso espero. » 

«Casi se sintió aliviado al reconocer que al fin había llegado la hora, que estaba en medio de todo, que podía dejarse llevar o tratar de huir, pero que al final iba a pagar. » 

«Debía tener eso muy claro, y también mantener la calma para enfrentarse a la muerte cara a cara y consciente, para usar en su provecho todo lo que sabía, lo que había aprendido y todo lo que le sirviera para aguantar.» 

«Si los problemas querían enfrentarse a él, tendría que hacerles frente de una vez por todas. » 

«Pero mira, tenías que estar bien borracho para conseguir hacer algo así. Tenías que perder el sentido antes de hacerlo posible. Y ahora que lo has hecho… ¿qué? ¿Qué…?»



Los mandalas siempre han estado entre nosotros, invisibles y silenciosos. 

Cuando el cínico Derek Crowe, el charlatán de la Nueva Era, aprende los secretos de los mandalas, ve la oportunidad de obtener dinero fácil. 
Todo lo que tiene que hacer es convertir a esos terribles monstruos lovecraftianos en espíritus guardianes, alterando los textos místicos para que parezcan benevolentes para un público crédulo. 

Pero a medida que la obra de Crowe gana en popularidad, también atrae la atención no deseada de los 37 mandalas de los que trata el texto original, sin saber que ha lanzado sobre la tierra un horror tan infinito como hambriento.



Un poco complicado al principio, es ese tipo de libro que empieza 
metiéndote personajes y escenas extrañas que no te va a explicar (ni vas 
a entender) hasta más adelante. Pero sólo son como los dos primeros 
capítulos, luego se centra en los protagonistas y te atrapa.

Sólo tengo que decir que si el señor King lo recomienda, hay que darle 
una oportunidad de verdad.

Si tuviera que definirlo en 3 palabras diría: ️ocultismo, macabro y abstracto.

Sinceramente, el prólogo no hizo más que confundirme durante todo el libro. Si acaso para contarte la historia de Camboya que necesitas conocer para la trama (eso me gustó), o para introducirte en esa escalofriante atracción que tienen los mandalas.

Siento decir que no terminé de coger el final, la palabra que busco es "abstracto". O me falta imaginación o explicaciones.

Sin embargo, la lectura ha sido adictiva y la perspectiva de mandalas malignos es original como poco.

Todo eso del tema del ocultismo me llamó la atención, y es verdad que hablan de proyección astral, vidas pasadas, rituales, etc.

Y es bizarro, con la sangre y vísceras no se corta un pelo.

El final quizá me pareciese algo atropellado, no sé.

Me gustaría leer más opiniones al respecto.